Los últimos tres meses han sido tan ... agitados, digámoslo así, que apenas he tenido tiempo para prestarle atención al blog o preparar una programación navideña. Aún así haré lo que pueda y empezaré por "presumir" de belenes y continuar mostrando ideas para decorar la casa sin arruinarnos y aprovechando cosas que tenemos a mano.
Comenzaré con el belén que he puesto en el trabajo. Lo encontré en una caja en el trastero y decidí aprovecharlo para decorar la oficina ya que me ha tocado reincorporarme precisamente en estas fechas navideñas. Como base para el montaje utilicé una cazuela de barro que no recuerdo haber usado nunca excepto durante unos años, como base para el centro de mesa navideño y ahora para colocar el belén.
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Belén en el trabajo |

En casa no pongo uno sino varios porque a lo tonto he ido acumulando unos cuantos misterios, entre los que compro y los que me regalan ya tengo unos cuantos. Los reparto por distintas zonas de la casa y además suelo ir cambiando su ubicación, tal como comentaba al hablar sobre el objetivo Navidad sostenible .Este año en la entrada he puesto una misterio-bola que compré en un mercadillo de Praga, hecho con ramas de madera y hojas de maíz. Si os fijáis, los portavelas son copas puestas del revés en cuyo interior he puesto, como nota de color, unos adornos que había comprado en un todo a cien hace ni se sabe.
Este otro misterio puede colgarse del árbol, como el anterior, o colocarse como hago en los últimos años. De nuevo recurrí a cosas que tengo en casa: un plato de cerámica, algunas avellanas, nueces y castañas y unas hojas de laurel.
Pero no son los únicos -ya he dicho que tengo varios repartidos por diferentes zonas de la casa. La estantería del pasillo es el lugar elegido este año para que luzca un pequeño misterio peruano que me regaló mi cuñada y que me encanta (aunque eso puedo decirlo de todos)
En esa misma balda he dispuesto algunos paquetes de regalo; una forma sencillisima de dar un toque navideño. Solo necesitáis algunas cajas de distinto tamaño y restos de papel de regalo. Podéis ponerlos así, en el suelo, si son grandes o también al pie del árbol. Incluso podéis aprovechar los rulos del papel higiénico, cuando se ha terminado y envolverlos a modo de caramelo y luego colgarlos del árbol (esta idea y la de los regalos, la vi en Salzburgo)
Y por supuesto no podía faltar el más antiguo de todos; el que lleva más tiempo conmigo y que yo misma decoré en unas clases de manualidades Este año pensaba montarlo de otra forma, eliminando la cesta de paja que uso como contenedor practicamente desde el principio y aprovechando unos corchos que usaba mi madre para montar el nacimiento cuando eramos pequeños (Creo que de ahí viene mi fascinación por ellos) Al final, mantuve el esquema tradicional. ¡Al fin y al cabo, Navidad es tiempo de tradiciones!
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