La compra en tiempos del coronavirus


  Hace poco leía un artículo en el que se planteaban si los precios habían subido durante el confinamiento.   Soy de las que cada vez que va a comprar, vuelve a casa escandalizada por el importe de la cuenta; aún estoy traumatizada por el precio de la coliflor interminable que terminó siendo la protagonista de estas recetas.

  Además de verduras y hortalizas, hay algún otro producto que ha subido de precio -hay quien sugiere que más que subida de precio es que se han suspendido las ofertas-. Del otro lado, al haberse convertido en una experiencia bastante pesada además de estresante, procuro comprar más para no tener que hacerlo tan a menudo. Eso ya justificaría el incremento en la factura.

  No podemos olvidarnos del factor irracional que hace que incluyamos en nuestro carrito o cesto, cosas que habitualmente no compramos. Hacía mucho que no compraba (y devoraba) chocolate con la asiduidad de últimamente. Eso por no hablar de las veces en que cuando llego a casa y me encuentro con cosas ante las que me pregunto  ¿Por qué lo he incluido en la cesta?  

  La semana pasada estuve  repasando lo que había gastado en alimentación (concepto amplio en que se incluyen gastos de farmacia, regalos y demás) desde que había comenzado con la planificación de menús. Calculé por un lado el promedio de gasto en el último trimestre del 2019 –que fue cuando empecé a aplicarlo- y los cuatro primeros meses de este 2020-

  El resultado fue que el gasto medio mensual es bastante estable y que incluso se produjo un descenso, mínimo pero descenso al fin y al cabo, en este cuatrimestre. Me sorprendió bastante ya que esperaba lo contrario, que se hubiera disparado el gasto. Está claro que la percepción no siempre coincide con la realidad


imagen sacada de internet
  Esto demuestra que la planificación de los menús y de la compra permite ahorrar tiempo (ahora se pierde mucho haciendo colas) y dinero. Eso por no hablar de que se evita el desperdicio de comida y se come mejor, tanto desde el punto de vista de la salud como del gastronómico.

   Está claro que con coronavirus o sin él, conviene mantener la planificación de menús y la lista  de compra inversa, que dice Alicia Iglesias.  Si a ello le unimos el fondo de despensa, sobre el que habrá que hablar otro día, conseguiremos tener organizados nuestra cocina y nuestro bolsillo. ¡Merece la pena!

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