Menús de enero

La mayor parte del mes de enero transcurrió con mi madre en el hospital, con el consiguiente ajetreo y falta de organización. La (no) planificación de la comida ha sido un  “A ver que puedo hacer con lo que hay en casa”.  Ya en casa, tras el alta, he conseguido organizarme un poco y planificar los menús (algo importante porque  tengo que comer en el trabajo y eso me obliga a cocinar con antelación)

Semana del 6 al 12 de enero
Lunes.
Comida. Pasta con mejillones- Ensalada
Cena. Tortilla francesa con croquetas

Martes:
Comida. Fabes con repollo. Compota
Cena. Bacalao con tomate

Miércoles:
Comida. Tortilla de patata y ensalada
Cena: Hervido de verduras

Jueves:
Comida: Crema de calabaza. Pollo guisado con cous-cous
Cena: Tosta de cecina. Fruta

Viernes:
Comida: Repollo con calabacín y jamón. Salmón en caldo corto
Cena: Crema de calabaza .Queso

Tanto el pollo guisado como la carne a la jardinera los tenía ya cocinados y congelados. La Crema de calabaza  era comprada, de la marca de conservas Pedro Luis.  Me ha gustado mucho  y creo que volveré a comprarla
  En cuanto al repollo con calabacín y jamón era una receta guiada de mi nueva Thermo, que se puede hacer perfectamente sin ella y que estaba muy buena.

Semana del 13 al 17 de enero
Lunes: 
Comida. Fabes con verduras
Cena: Consomé con tropiezos.Flan

Martes:
Comida: Patatas a la importancia. Ensalada
Cena: Consomé. Bocadillo de jamón york y queso

Miércoles:
Comida: Crema de guisantes. Merluza frita con verduras.
Cena: Consomé con tropiezos. Fresas

Jueves: 
Comida: Puré de puerros y zanahoria. Filetes de pollo con champiñones a la plancha y patatas
Cena: Bacaladas fritas. Ensalada

Viernes:
Comida: Puré de puerros y zanahorias con costrones. Ensalada de pollo y croquetas
Cena: Hervido de verduras. fresas

Ya el primer plato de esta semana fue una improvisación; tenía fabes frescas en el congelador (es el primer año que las compro pero me gustan más que las secas. Resultan mucho más digestivas) así que decidí ponerlas estofadas y mezclarlas después con una base de verduras que había hecho según esta receta de aprovechamiento. También lo es el puré de puerro y zanahoria (suelo hacerlo para aprovechar los que utilizo cuando hago caldo) .
   Ya publique hace tiempo la receta de las patatas a la importancia, un plato económico pero muy rico. Como habían sobrado, decidí que serían la guarnición perfecta para el pollo con champiñones.
  Si la semana anterior probaba una receta nueva -la de repollo con calabacín y jamón- esta me tocó probar la crema de guisantes (Me habían sobrado guisantes congelados de una carne a la jardinera que había preparado y me aborrecía bastante ponerlos con jamón)

Semana del 20 al 24 de enero 
Lunes:
Comida: Brécol gratinado. Mandarinas
Cena: crema de calabaza

Martes:

Comida: sopa de tomate. Filete a la plancha con verduras rehogadas
Cena: Tortilla francesa con brécol

Miércoles:
Comida: Arroz al horno Ensalada
Cena:Sopa de tomate

Jueves:
Comida: Patatas con repollo. Bonito
Cena: sopa de “Navidad”. Fruta

Viernes:

Comida: coliflor al vapor con pimientos y jamón salteados. Salmonete  frito
Cena: tosta de ternera. Mandarinas

Esta semana probé la sopa de tomate; me ha gustado la receta y la volveré a cocinar. 


Semana del 27 al 31 de enero
Lunes: 
Comida: Ensalada de lombarda. Bonito guisado con patatas cocidas
Cena: Tosta de aguacate y tosta de huevo revuelto con champiñones

Martes:
Comida: Chipirones guisados con patatas. Ensalada
Cena:. Crema de verduras

Miércoles:
Comida: Carne a la jardinera con quinoa. Compota de manzana
Cena: Crema de calabacín. Tosta de jamón. naranja

Jueves:
Comida: Patatas guisadas con fréjoles. Bacaladas fritas
Cena:: Filete de jamón a la plancha con champiñones al ajillo y quinoa

Viernes: 
Comida: Lenteja. Huevos a la mimosa.
Cena: Crema de calabacín. Naranja

El bonito guisado llevaba ya un tiempo en el congelador y me pareció el momento de sacarlo. En cuanto a la ensalada de lombarda fue la nueva receta de la semana.
  Me he dado cuenta de que  en estos meses, a pesar del cáos vital, he ido incorporando y probando recetas nuevas. Eso está bien porque así evitamos la monotonía en la comida, lo que puede incidir en que nos apetezca menos cocinar. 

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