Buscaba en internet recetas de pollo al limón para preparar unas zancas de ídem. Todas las que encontré me parecieron bastante laboriosas, o al menos más de lo que mis ganas de cocinar admitían así que improvisé una receta facilona. El resultado, además de sencillo, fue bastante sabroso.
Ingredientes:
Dos zancas de pollo
(en mi caso)
Cebolla
Zumo de ½ limón
Unas rodajas de limón
Aceite
1 diente de ajo
Hierbas al gusto
Pimienta/ Sal
Elaboración:
Comienzo por poner las zancas en un cuenco y adobarlas con las hierbas,
ajo partido en láminas o trocitos, un poco de sal, pimienta y un chorrín de
aceite. Lo dejo macerando durante al menos media hora (si queréis podéis
hacerlo el día anterior y dejarlo toda la noche en la nevera)
Transcurrido el tiempo, ponemos al fuego una olla con un poco de aceite;
cuando haya tomado temperatura, sellamos las zancas. Tan solo pretendemos que
se doren.
Retiramos y en ese mismo aceite (añadimos más, si vemos que es
necesario) ponemos la cebolla partida en rodajas finas (no necesitamos hacer
trozos muy pequeños) y dejamos que vaya pochando (Hasta que quede blandita y
con un tono transparente).
Ponemos de nuevo el pollo en la tartera, regamos con el zumo de limón,
añadimos también unas rodajas de limón, partidas finas y dejamos que el pollo
se vaya haciendo en su jugo, a fuego medio o bajo.
Como fue una receta improvisada no calculé el tiempo; creo que estaba en
media hora o un poco antes. De todas formas, estará cuando veáis que la carne
se despega sin problemas del hueso.
Si no os gusta la cebolla entera, una vez que el pollo esté cocinado,
podéis triturarla. Como guarnición le
va bien unas patatas cocidas, arroz blanco pilaf o cous cous, que podéis
saltear con piñones y pasas. Acompañado de una ensalada será un plato único muy
completo.
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