Que cinco minutos no es nada ...( y el orden en nuestra casa mejorará)

https://www.bayeco.com/6-pasos-para-ordenar-tu-salon/
Mary Kondo ha supuesto todo un fenómeno organizativo y quien más y quien menos, todos hemos sucumbido al doblado vertical. Al calor de su éxito, que se inició precisamente con el éxito de su libro La Magia del Orden han aflorado multitud de organizadoras que es posible que ya se dedicaran a ello antes pero no tenían tanta visibilidad. En revistas, Internet e incluso programas de televisión nos dan pautas para poner orden en nuestras casas y de paso en nuestras vidas. 
  No  es que pretenda venir yo a erigirme en nueva coach del orden ni presentarme como organizatríz (no creo que la palabra exista) pero  se me ocurrió que si podría contar cuales considero los imprescindibles que me permiten ganar un poco de tiempo por la mañana,  mantener el orden y que la vuelta a casa no sea un grito de desesperación. Se basa en la teoría de los cinco minutos.  

  Son pequeñas cosas que no nos llevan más de cinco minutos pero que marcan una diferencia importante. Y una vez que nos acostumbremos, las haremos casi sin pensar. 

Cualquier jornada laborable; después de cenar nos hemos sentado un ratito a ver la tele (más por descansar que porque nos importe lo que haya). Cuando nos vamos a la cama quedan por ahí desperdigados cojines, mandos varios, manta  (yo soy de las que tienen que estar tapadas con algo). Si te acostumbras a dejarlo todo en su sitio -no lleva más de cinco minutos- antes de irte para la cama, al día siguiente lo agradecerás. 

Dejar  la mesa del desayuno preparada; el exprimidor a mano o el tostador a punto para ser enchufado. Parece una tontería pero esto tampoco te llevará más de cinco minutos -puedes hacerlo después de haber recogido la cena. y al día siguiente te dará un pequeño respiro.
fotografía sacada de aquí
  También te aconsejo que, si comes en el trabajo, dejes preparada la bolsa de la comida; con el mantel y servilleta así como cubiertos ya preparados.
 En cuanto a la comida propiamente dicha, te recomiendo que dejes ya la comida en los recipientes que vas a llevar (mejor de cristal) en la nevera. Al día siguiente solo será sacar de la nevera y colocar en la bolsa. 


Por la mañana: Hay uno que me parece fundamental y que es, ventilar la casa. Solo se necesitan diez minutos para que la casa esté perfectamente ventilada pero vosotros en abrir las ventanas tardaréis menos de la mitad. Y mientras la casa ventila podéis desayunar o vestiros para la jornada laboral. . 

Subid las persianas antes de iros a trabajar. (eso sí, con cuidado para no molestar demasiado a los vecinos) De esta forma, aunque estéis todo el día fuera,  vuestra casa recibirá la luz del sol y se calentará de forma natural (y gratuita).  

Dejad la cama hecha. Aunque parezca que no, este simple hecho marca una gran diferencia. Cambiar las sábanas puede llevar más de cinco minutos; la solución, hacedlo cuando dispongáis de mas tiempo.  Yo lo hago los sábados, que no trabajo y por tanto dispongo de más tiempo libre.

Y recoged la mesa del desayuno. Lo ideal sería lavar los cacharros o meterlos en el lavavajillas pero al menos, dejadlo recogidos en el fregadero y la mermelada, leche, etc de vuelta a la nevera. Si hay algo casi tan deprimente como encontrarte con la cama sin hacer cuando vuelves a casa, es la mesa del desayuno sin recoger. 

Son cosas que no os llevarán más de cinco minutos cada una de ellas y que  parecen una tontería. Sin embargo os aseguro que la diferencia entre  establecer estas rutinas o seguir dejando la casa patas arriba cuando nos vamos a trabajar o recogiendo a toda prisa por la mañana es increíble. Hablo desde la propia experiencia. 

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