Arreglos florales

  Confieso que una de mis asignaturas pendientes es la de los arreglos florales. me encantaría hacer un curso sobre ello. Tanto es así que incluso estuve buscando por internet información sobre posibles cursos aquí en Asturias pero al menos de momento, no he tenido suerte. Me arreglo buscando por internet, viendo programas sobre decoración con flores y fijándome en los ramos y centros que veo en internet y revistas o blogs de decoración.

  Siempre me han llamado la atención los preciosos (y carísimos) arreglos florales que veo en las revistas de decoración. Aunque me gusta tener flores en casa -creo que tanto ellas como las plantas le dan alegría- no puedo permitirme gastar un dineral así que, salvo excepciones, recurro a flores más baratas y/o resistentes.

 ¿Cuales son? Pues desde las margaritas a las astromelias (me encantan y están muy bien de precio) y últimamente también las clavelinas, que he descubierto que con un poco de limonium o paniculata pueden dar mucho juego.  En temporada, me encanta comprar tulipanes o iris aunque estos son más delicados.

  Una cosa que he ido aprendiendo es que  pueden aprovecharse o bien las flores que se rompen o aquellas que aun se encuentran en buen estado  cuando el ramo está empezando a estropearse. También que todo recipiente que no tenga fugas de agua es susceptible de ser convertido en un jarrón.

  En este caso se me ocurrió utilizar unas copas de cristal tallado que creo que eran de uan de mis tías. En cada una de ellas fui poniendo unas clavelinas que acompañe de un poco de tuya en dos de ellas y en otra, algo de limonium.

  Esto es lo que podríamos llamar receta de aprovechamiento floral, que me permitió además decorar el sobre del aparador.

  Y es que cuando pensamos en decorar con flores, solemos pensar en un ramo grande pero no tiene por qué ser así.  Podemos hacer composiciones jugando con distintos tipos de recipientes (que no necesariamente jarrones) y de alturas.Aquí os pongo un ejemplo

. He organizado un centro de mesa con una jarra de cerámica que había comprado en Ubeda (había intentado usarla como jarrón pero me di cuenta de que el barro no debía estar bien sellado y filtraba) y unos jarrones de vidrio azul que había traído de un viaje a Siria.


  No hace falta poner flores en todos los recipientes (independientemente de la estanqueidad de los mismos :) ) Aquí jugué con las clavelinas (esta vez en un rosa más fuerte) y con un poco de paniculata que añadí al jarrón más alto.
 
Otro día os enseñaré los ramos con hortensias con que suelo adornar al casa de O. durante el verano.

Comentarios