Saca partido al congelador

 Estoy convencida de que el mejor amigo de la mujer trabajadora , o de cualquiera que tenga que compaginar su vida laboral o de estudiante con la doméstica, no es el perro sino el congelador. Nos permite ahorrar tiempo y dinero en la cocina,  cosas ambas de las que no andamos demasiado sobrados en esta época. 

    Sueño con tener uno de esos frigoríficos Side by Side que aparecen en las películas americanas; claro que para ello también necesitaría una cocina como las que salen en esas mismas películas. Mientras tanto, me las arreglo bastante bien con mi combi  aunque a veces se me quede un poco pequeño.

El frigorífico de mis sueños
    Aunque los congelados también forman parte del fondo de armario  despensa, hablaré de ellos en otro momento. Ahora voy a centrarme en los alimentos crudos que congelamos nosotros mismos.

 Empiezo con verduras y hortalizas. Tal como decía aquí  aunque normalmente aconsejan escaldarlas antes de proceder a su congelación, nunca lo hago. Me limito a trocear o picar bien las verduras y limpiarlas; luego las escurro bién y las guardo en las bolsas de congelación. 

 Congelo habitualmente fréjoles (judías verdes), repollo,  coles de bruselas y calabaza (que en realidada es una hortaliza)  No suelo hacerlo con la coliflor y el brecol;  por una simple cuestión de gusto. Al cocerlas después quedan demasiado blandas para mi gusto. 

   En cuanto a los pimientos, cebolla, puerros o zanahorias, aunque no suelo hacerlo, también podéis congelarlos. Mi recomendación es que los guardeis ya picados y los uséis para añadir a guisos o purés. Incorporadlos directamente sin descongelar.  En el caso de los puerros y zanahoria, además o en lugar de troceados, podéis congelarlos enteros (limpios) y os servirán para caldos y purés de verduras. 

  Incluyo en este apartado el perejil. En la pescadería suelen darlo sin cobrar y también en algunas fruterías. Una forma de tenerlo a mano es picarlo y guardarlo en un recipiente en el congelador. De esa forma, cuando tengas que añadirlo a una  salsa o  crema,  dispondrás de él. No suelo congelar otras hierbas (las dejo secar) pero seguro que puede hacerse. 

   ¿Pueden congelarse las frutas? Al menos las fresas y las mandarinas, sí pero por lo qué se, en esos casos suelen emplearse  para hacer sorbetes.    En cualquier caso, prefiero otros métodos de conservación de las frutas –compotas, mermeladas, dulces.  

Le saco bastante partido a mi congelador.
  Ya había comentado que  las legumbres pueden congelarse después de haberse puesto a remojo y tras escurrirlas adecuadamente. Así nos evitamos ese ¡Quería comer …. .pero se me olvidó ponerlas a remojo!  

   Excepto al cabeza y espina de la merluza y pescadilla, que congelo para hacer un fumet de pescado, no suelo congelar el pescado crudo.  Mi madre por ejemplo cuando compra trucha asalomonada, sobre todo si es grande,   pone al horno un lomo y el otro lo congela.  También a veces,  quita las espinas a las bacaladas, las  abre y las reboza en huevo y pan rallado, congelándolas luego. 

  Por el contrario, si que congelo la carne con bastante asiduidad. Solomillos de cerdo, chuletas de idem, pechugas de pollo, ya sea enteras o en filetes, zancas de pollo, chuletillas de cordero, incluso la carne picada. Si os gustan los filetes rusos (hamburguesas) podéis prepararlos y luego congelarlos; para evitar que se pegue tendréis que ir poniendo papel vegetal o de aluminio entre uno y otro. En invierno también suelo comprar y congelar hueso y carne para caldo –de esa forma, si quiero prepara r un caldo, tengo los ingredientes. 

   Las masas también pueden congelarse, salvo algunas excepciones que normalmente vienen indicadas en la propia receta.  La masa quebrada, el hojaldre si lo hacéis, la masa de empanada, la de empanadillas, las bases de pizza. Lo que me lleva a lo siguiente. Si preparáis una empanada, coca de espinacas o por ejemplo una quiche, podéis congelarla cruda  y  sacarla para cocinar en otro momento.  Ah, y también puede congelarse la masa de los frixuelos  (la receta en unos días) 

  Para acabar  unos CONSEJOS GENERALES.  Mejor congelar en porciones pequeñas,  la primera razón es de espacio. Salvo que tengais un arcón congelador o seáis de los afortunados que disponeis de un side by side, siempre va a resultar más fácil distrubir el espacio en los cajones del congelador si usáis bolsas de medio litro que de uno (Sé de lo que hablo)

fréjoles congelados
  La segunda razón tiene que ver con una cuestión de logística. Si sois ocho a comer, resulta sencillo sacar dos bolsas de fréjoles o de repollo.  La opción contraria (una bolsa muy grande y muy pocos comensales) resulta más díficil de solucionar. Si lo que quieres es preparar un bocadillo porque al día siguiente te toca comer en el trabajo o te vas de excursión, no te encontrarás   con que te has visto obligado a descongelar cuatro filetes de pollo cuando tan solo querías uno. Por el contrario, si sois cuatro los que vais a comerlos; no resulta complicado  sacar los paquetes correspondientes. 

 Un último consejo, siempre que sea posible –y con los alimentos crudos lo es- preferid el papel de alumino, film o las bolsas de congelación a los recipientes herméticos. Ahorraréis espacio. 

 Y el últimísimo. Si tenéis dudas sobre si algo se puede congelar y de cómo quedará, lo mejor es probar con una pequeña cantidad. Yo voy a probar a congelar dos o tres limones  y preparar luego un granizado con ellos (la receta lleva limones, y hielo así que…). Si el resultado es bueno, habré incluido un ingrediente más en mi lista de “congelables” 

   Otro día hablaremos sobre congelar comida ya preparada.

Comentarios

  1. Muchísimas gracias por la info. Muy práctica. Yo también suelo congelar las verduras y la carne, pero lo de las legumbres lo aprendí gracias a ti y no se me había ocurrido congelar las verduras sin escaldarlas. Y lo del perejil... no se me había ocurrido y mira qué útil.

    :)

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  2. Lo del perejil es algo muy tonto pero que luego da mucho juego :)

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