La primera de ellas la transformé simplemente pintándola en color crudo y dándole luego una pátina con betún de judea; el toque final consistió en comprar unas pantallitas de pinza
Esta otra lámpara también la rescatamos de la basura. Tan solo necesitó una limpieza con lanilla de acero, un nuevo cableado y ¡Voi là! No desmerece en absoluto de muchas de las lámparas que nos ofrecen en las tiendas de decoración
.
.
Me ah encantado la restauración yo tengo pensado hacer eso con las mías te pediré ayuda
ResponderEliminarHola, Nely. ¡Qué sorpresa más agradable!
ResponderEliminarPues sí, resulta increible como con un poco (a veces algo más) de trabajo, algo que ya se desechaba cobra vida :)