Hoy os traigo una coca de queso y espinaca que saqué de una revista hace un montón de años y se ha convertido en un clásico familiar. El otro día la hice aunque en lugar de espinacas utilicé nabizas que me habían regalado cuando estuve en octubre en Galicia.
Ingredientes: (la verdad es que suelo hacerlo a ojo)
300 g de masa quebrada
1 cebolla grande
1/2 kilo de espinacas (normalmente las utilizo congeladas. Eso sí, las escurro muy bien)
4 dientes de ojo
5 huevos
1 dl. de nata líquida
300 g de queso cabrales
1 cucharada de mostaza
1 dl. de aceite de oliva
sal y pimienta.
Nunca echo 4 dientes de ajo, a lo sumo 1 ó 2. En cuanto a la nata líquida y la mostaza, no os preocupéis si no las tenéis; también está muy buena sin ellas
Elaboración:
En una sartén, calentar la mitad del aceite. Incorporar la cebolla pelada y picada finamente y rehogarla sin que tome color, hasta que esté transparente.
Lavar las espinacas en abundante agua fría, escurrirlas y retirarles los tallos y las hojas más duras. Rehogarlas en una cazuela con el resto del aceite y dos dientes de ajo pelados y picados, a fuego vivo hasta que pierdan toda su agua y añadir la cebolla. Pasarlas por la batidora para que queden muy bien picadas.
Poner las espinacas en un bol y añadirles los huevos, la nata, los dientes de ajo machacados, el queso de Cabrales y la mostaza. Mezclar bien todos los ingredientes y salpimentar.
Estirar la masa quebrada sobre una superficie enharinada y forrar un molde redondo de 26 cm. de diametro aproximadamente. Pinchar el fondo de la tartaleta con la preparación de espinacas y queso.
Meterlo a horno precalentado a 200º C. durante unos 35 minutos o hasta que esté cuajado. Retirarlo y servirlo caliente.
Como me sobró algo de masa quebrada, se me ocurrió hacer otra coca individual y congelarla; así, me servirá para uno de los días que me quede a comer en el trabajo.
Ingredientes: (la verdad es que suelo hacerlo a ojo)
300 g de masa quebrada
1 cebolla grande
1/2 kilo de espinacas (normalmente las utilizo congeladas. Eso sí, las escurro muy bien)
Las cocas ya preparadas, antes de hornear. |
5 huevos
1 dl. de nata líquida
300 g de queso cabrales
1 cucharada de mostaza
1 dl. de aceite de oliva
sal y pimienta.
Nunca echo 4 dientes de ajo, a lo sumo 1 ó 2. En cuanto a la nata líquida y la mostaza, no os preocupéis si no las tenéis; también está muy buena sin ellas
Elaboración:
En una sartén, calentar la mitad del aceite. Incorporar la cebolla pelada y picada finamente y rehogarla sin que tome color, hasta que esté transparente.
Lavar las espinacas en abundante agua fría, escurrirlas y retirarles los tallos y las hojas más duras. Rehogarlas en una cazuela con el resto del aceite y dos dientes de ajo pelados y picados, a fuego vivo hasta que pierdan toda su agua y añadir la cebolla. Pasarlas por la batidora para que queden muy bien picadas.
Poner las espinacas en un bol y añadirles los huevos, la nata, los dientes de ajo machacados, el queso de Cabrales y la mostaza. Mezclar bien todos los ingredientes y salpimentar.
Estirar la masa quebrada sobre una superficie enharinada y forrar un molde redondo de 26 cm. de diametro aproximadamente. Pinchar el fondo de la tartaleta con la preparación de espinacas y queso.
Meterlo a horno precalentado a 200º C. durante unos 35 minutos o hasta que esté cuajado. Retirarlo y servirlo caliente.
Como me sobró algo de masa quebrada, se me ocurrió hacer otra coca individual y congelarla; así, me servirá para uno de los días que me quede a comer en el trabajo.
La coca, recién sacada del horno |
Podéis servirla como un primer plato; acompañada de una ensalada de tomate es una buena opción para la cena o para invitar a los amigos a tomar algo en casa -acompañadla de un buen vino. También es una opción válida para una comida playera, como alternativa a la empanada -fría también está rica.
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