Comer en la oficina

Ya sea por la crisis y la necesidad de ahorrar, porque seguimos una dieta especial o simplemente porque, aún siendo casero, termina por cansarnos comer   en el bar el menú del día, somos muchos (me incluyo entre ellos) quienes nos llevamos la comida de casa.
  
 Los bocadillos y empanadas o quiches son platos que nos permiten comer bien -sobre todo, si los acompañamos de una pieza de fruta o un yogurt.   Son la solución más sencilla si no disponéis de un lugar donde poder calentar la comida y que os sirva de comedor.
  
 Son muchas las empresas e incluso organismos públicos que ya cuentan con un lugar habilitado como comedor para sus empleados -con una pequeña, o gran, nevera, microondas y por supuesto, mesas para poder comer.  En otros casos, son los propios empleados quienes se las han arreglado para improvisar su pequeño comedor. 

   Antes de comenzar con recetas que nos sirvan para comer en la oficina (colegio, universidad, ...) hablemos de la infraestructura. Ya hemos mencionado la conveniencia de disponer de un lugar -diferenciado del puesto de trabajo-en que poder comer y de disponer de un microondas para calentar la comida.  Resulta también conveniente hacerse con una bolsita térmica  que no solo ayudará a conservar el alimento sino que nos facilitará el transporte. En el mercado tenéis de todos los precios y modelos, más o menos fashion

  Es conveniente hacerse con recipientes aptos para calentar en el microondas; preferiblemente de cristal. Además de  posibles motivos de salud, existe otra razón:   dado que  vamos a tomar al comida en ese mismo recipiente, si es de cristal  tendremos una sensación más semejante a la de estar utilizando  un plato de verdad.

   Tampoco está de más, incluir en la bolsa de la comida un pequeño mantelillo individual qie sea facilmente  lavable y, por supuesto, servilletas.  Son pequeños detalles que no nos suponen demasiado trastorno y que harán más agradable el tener que comer en la oficina.

Comentarios

  1. Después de seis años comiendo de "táper" (dónde se quedarían nuestras añoradas tarteras, ¿verdad?), la verdad es que coincido plenamente con cuanto sugieres. Además, añadiría que es muy de agradecer un entorno relativamente silencioso, en el que el comedor no resulte más ruidoso que el bar o restaurante en el que come el resto de trabajadores de la zona. :)

    Si encima tenéis algún parque cerca del trabajo y la oportunidad de acercaros a él, os lo recomiendo encarecidamente. Ya sea para almorzar allí algún día en el que la meteorología acompañe, ya para dar un digestivo paseo por él.

    ¡Buen provecho!

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    Respuestas
    1. ¡qué sorpresa tan agradable encontrarte aquí! :D

      Precisamente tengo un parque muy cerca del trabajo y cuando hace buen tiempo a veces me siento a leer un poco allí después de la comida o sustituyo el café de mediodía por un paseo por él.

      P.d. Todavía me acuerdo de unas tarteras que teníamos por casa y en las que llevabamos la comida a la playa los domingos :D

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